Vivimos en una sociedad que privilegia la mente al cuerpo, que nos hace olvidar de la importancia de cuidar a nuestro templocorporal. A través de un tacto benevolente dedicado a la sanación, el masaje nos ayuda a tranquilizar y transcender las emociones reprimidas, los traumas profundos, las memorias bloqueadas, etc. Es una forma concreta y práctica para liberar el flujo de vida en nuestro cuerpo estimulando y revitalizando nuestras células.

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Mayormente, mi práctica de masajes tiene un enfoque taoísta basado en la medicina tradicional china. Además de practicar el Qigong, he seguido los talleres de masajes taoístas cómo el Chi Nei Tsang (masajes de los órganos internos por el Chi) de los cuales me inspiro.

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